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UNIENDO CASUALIDADES

Puzzle fotográfico (1/4)

Puzzle fotográfico (1/4) El tren avanzaba impetuosamente, con ritmo furioso y entrecortado. Tenía que detenerse, cada vez con mayor frecuencia, en estaciones de poca monta donde permanecía unos momentos esperando con impaciencia la señal para volver a embestir la pradera.

Era por un lado el ritmo trepidante, por el otro las continuas aceleraciones y desaceleraciones lo que hacía el viaje cada vez más brusco. Aceleraba cada vez más a fondo, si cabe, pero se detenía más a menudo en desérticas estaciones.
Asimismo era mi vida. Sobretodo los últimos años marcados por una cadena de acontecimientos solapados que me llevaban a Ella. Sin saberlo mi vida me estaba llevando a Ella a un ritmo vertiginoso sin marcha atrás.
El tren, mi vida,… ahora el tren discurría a lo largo de una larga recta. Notaba la energía desbocada de las ruedas sobre las vías, su ruido metálico, el sonido penetrante y agudo de aceleración como el de la olla a presión.
Los vagones perfectamente alineados y un punto fijo. Miraba fijamente al fondo del tren, al centro de todas las líneas de fuga, una perspectiva perfecta. Un punto blanco, lo demás giraba a su alrededor formando una mezcla de colores en movimiento, un caleidoscopio rotatorio ensombrecido o iluminado según atravesábamos un túnel o salíamos de él.
Y al final del viaje Ella. Ese punto de luz se ampliaba, la mezcla de colores paraba de rotar, las espirales dejaban de retorcerse y tomaban la forma de un camino flanqueado por poca o nula vegetación, una gran pradera que estaba presidida en primer término por la entrada a la finca y por Ella. Veía su rostro como un punto de luz que no me abandonaba, su rostro se paseaba por todo el paisaje.

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