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UNIENDO CASUALIDADES

MacDonalización

MacDonalización [Leo una vez más La Contra de La Vanguardia, esta vez con George Ritzer]

El consumo dirige nuestras vidas más de los que nos pensamos. Las grandes compañías: Coca-Cola, McDonalds, Starbucks, Inditex… nos controlan: analizan estadísticamente nuestros hábitos y los van modificando. Han colonizado casi todo el planeta haciéndolo más homogéneo en su forma de comer, vestir y de organizarse. Un detalle: las sillas incómodas del McDonald están diseñadas para invitarnos a levantarnos al cabo de 20 minutos. La previsibilidad de saber lo que comerás, cuanto te costará y que los encontrarás allá donde vayas es una comodidad que los hace imprescindibles en aeropuertos, centros comerciales, cines, etc.

Nos han convencido que consumiendo seremos felices. Nos crean miedo a no estar a la altura de los demás consumidores: iPod, móvil, cámara digital, portátil,... ¿quién eres si no tienes todo esto? La rueda del consumo se renueva y se retroalimenta creando ansiedad y necesidad de consumo. Estos elementos nos impulsan al consumo de fármacos. Quién duda ya que las mentes calculadoras de las grandes empresas farmaceuticas no estén detrás de promover los antidepresivos y otros productos de moda.

En Estados Unidos, país que nos sirve para ver cómo seremos dentro de 10 años, empiezan a subcontractarse la organización de bodas, el ocio personal, las actividades de los hijos, el paseo del perro, la imagen y las relaciones personales… Todo ello nos lleva al vacío, a trabajar todo el dia y delegar nuestra vida para poder trabajar más y consumir más. Deberíamos ser capaces de abstraernos de esta rueda: comer sano,  pensar cómo distribuir nuestro tiempo libre (si lo tenemos), dedicar tiempo a cuidarnos, amarnos y amar a los demás... En una palabra,  ser más libres y no escondernos en el trabajo. No está mal dejarse ver por casa un ratito al día...

1 comentario

Joan -

Las grandes compañías de consumo hace ya tiempo han comenzado un proceso en el que intentan homogeneizar los gustos, prever nuestras elecciones, planificar nuestras respuestas y modificarlas a su gusto. Tal vez con el fin de que la realidad de la sociedad se ajuste mejor a sus planes de previsión de crecimiento económico.
Triste, pero lamentablemente cercano a la realidad,

pero ¿no es esto lo que ha fomentado el sistema liberal capitalista económico promovido por los gobiernos de naciones desarrolladas?