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UNIENDO CASUALIDADES

Libertad de expresión en Irán

Libertad de expresión en Irán

 

Eres víctima del mundo y el mundo lo es de nosotros que lo alimentamos con odio, egoísmo y guerras. No tienes la culpa de haberte hecho famoso gracias a Internet que te encumbró como líder de opinión y resistencia ante el otro líder, el del miedo, el uranio y la represión. Tu blog fue el más leído e influyente y eso les disparó todas las alarmas.

No eras de los que se escondían cuando alguien pedía un voluntario para hacer algo.

No eras de los que se mordían la lengua o andaban con rodeos.

Te matriculaste en periodismo para contar la verdad a la gente, para darle una opinión desde la libertad, para hacerlo progresar contra los que lo bloquean ancorados en el pasado del fundamentalismo religioso.

No te arrugaste ante la presión censuradora.

Te viste amenazado y antes de sucumbir en las manos del régimen elegiste exiliarte en Canadá para seguir haciendo sentir tu voz.

Y ahí seguiste seis años escribiendo en tu blog para mantener el espíritu del activismo, para mantener la esperanza de tus lectores que seguían luchando desde Teherán.

El régimen siguió intentando sofocar a los insurgentes reformistas occidentalizados.

Por miedo a ver tu labor interrumpida o para multiplicar sus efectos nos enseñaste a abrir más blogs que contribuyesen a hacer más amplio el cambio social y político.

Sin embargo ocurrió. Hace un par de años fuiste abiertamente y con gran repercusión mediática a Israel (enemigo político de Irán) con una camiseta que rezaba “I love Teherán”.

De vuelta a tu querida Teherán cambiaste repentinamente. Empezaste a hablar bien de él, a “comportarte” quizá por el miedo que las entrevistas en Israel llegaran, como llegaron, a las manos equivocadas.

Y ocurrió, te quitaron del medio, desapareciste.

Para justificarlo anunciaron la caída de una red de espionaje israelí. Qué casualidad…

 

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