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UNIENDO CASUALIDADES

Ocio nocturno.

Ocio nocturno. Focos giratorios de luz amarillenta, parpadeantes; ’música’ atronadora que hace vibrar el aire hasta resonar dentro de uno; la atmósfera cargada de tabaco; bebida y la gente de la noche. Ya sabéis de lo que os hablo: de esos maravillosos antros en los que la gente paga 12€ para entrar y así justificar el fin de semana. En ningún sitio me siento más solo, gregario, consumista, soltero (si no ligas no vales) e insignificante. No hay que ser absoluto, las hay agradables y que con buen clímax y buena compañía pueden estar bien para una noche de vez en cuando. Pero reflexionando, llego a preguntas clave:

• ¿Donde está mi creatividad? ¿Es más fácil ir a bailar o al cine que ’afrontar’ una conversación coherente?¿Por comodidad nos dejamos llevar antes que ’arriesgar’ con una propuesta original? Si no está tan mal: sales con tus ’colegas’, bebes, dices cuatro gilipolleces para quedar bien con los ’tíos’ y a ligar (porqué toca)... ¿Es más fácil ligar (dejándonos ir) que ir ’quemando’ etapas poco a poco?¿Realmente qué buscamos ahí?

• ¿No éramos los jóvenes los que teníamos que luchar por una sociedad menos compulsiva-consumista? ¿no teníamos que romper con el ocio que nos han organizado y preparado al milímetro? ¿Pero claro, los jóvenes tienen que vivir intensamente las 24 horas, días y noches, estamos en la edad de ligar pillar o mojar sin compromiso, es la edad, toca, no?

En el fondo, en la discoteca, hay un aburrimiento que mata. Música de consumo que va directa al sistema nervioso, motor y muscular exaltándote y haciéndote olvidar y desfogarte. ¿Actuamos por impulsos? Drogas y discoteca atrofian la inventiva por igual haciéndote, eso, igual. Igual a todos... repetimos gestos, actitudes y gamberradas que todo el mundo rie porqué una vez todos nos reímos, no porqué nos estemos divirtiendo de verdad. Porqué mucha gracia no hace, cuando vamos serenos, ver la imagen de un tío meandose en el lavamanos del lavabo o vomitando en plena calle, gritando en el autobús, arrojando botellas de cristal o pidiendo papel o piedra para fumar a las 5 de la madrugada.

Sí, a veces voy, sobretodo en verano, cuando apetece más. Pero sólo pensar en el negocio montado a nuestra costa y conocer los bolsillos a los que va a parar, me siento un corderito más que se deja llevar y, como todos, claudica.

2 comentarios

AZUL de Blancos -

Hace unos años iba a las discos de vez en cuando, pero nunca me enstusiasmaron; como tu dices, es la edad, y toca.
Hace poco fui a una, en un adespedidad de soltera, y en ningún sitio me he sentido tan fuera de lugar como allí; y si tu intención no es ir a ligar, ya te puedes ir largando, o te sentirás bastante acosada (las tías, los tíos no sé).Un beso

La Mariposa -

Gran post, Tonificante.

Jamás he comprendido a la gente que va por sistema a las discotecas todos los viernes y sábados noche, porque toca, claro, y quedarse en casa o tener otro plan, es la mejor manera de ganarse fama de bicho raro (como si eso importara).

Mi época discotequera ya terminó, y aunque me gusta rememorarla de vez en cuando, prefiero cien veces una velada romántica o una noche entre amigos, copas y charla.

Mis conclusiones: el mundo de la noche es una auténtica mentira. Nada es lo que parece, ni siquiera las mujeres, que se esconden tras toneladas de maquillaje y modelitos imposibles aún no comprendo para qué.

La peña se emborracha para ser lo que no es, decir lo que no suele decir, y hacer lo que no se atreve a hacer en condiciones normales: nadie se comporta como realmente es.

Todo es apariencia, superficialidad e hipocresía. Por suerte, apagan las luces para que no veamos tanta mierda.

Y no entro en temas de drogas porque entonces no termino.

Te felicito de nuevo.

Besos voladores ;-)