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UNIENDO CASUALIDADES

Inmaterialismo materialista.

Inmaterialismo materialista.

Estaba dentro del autobús mirando por la ventana la cotidianidad de la ciudad. Las calles, las personas caminando o esperando cruzar, los edificios, los parques, árboles, etc. De repente hemos pasado cerca de un parque donde yo solía ir a jugar con J.M. mi mejor amigo de entonces. Sin tiempo para rememorar juegos y fiestas de cumpleaños acaecidos allí, un elemento material me ha llevado a la siguiente reflexión (inmaterial).

Se trataba de una simple pelota de plástico con la que juegan los niños pequeños hasta los cinco años. Dicen que detrás de una pelota descontrolada por la calle suele ir un niño. Se dice para que los conductores vayan con cuidado y reduzcan notablemente la velocidad al ver una pelota cruzarse por su camino. Pues bien, esta vez no era un niño sino su madre la que iba en rescate de la caprichosa pelota. Ella sabía la importancia que tenía la pelota para el pequeño y ha arriesgado bastante metiéndose casi bajo las ruedas del autobús en marcha salvando la pelota en el último momento.

Entonces he recordado el enorme valor que dábamos de pequeños a ‘nuestras cosas’. A ese coche viejo sin color, a ese muñeco roto, a ese libro insustituible, a esa pelota que perdimos pero que siempre recordaremos…

Hay centenares de recuerdos que hablan de nuestra infancia. Hay centenares de objetos que materializan nuestra infancia.

Es así como he llegado al título extraño de este blog. Realmente, no todo el consumo y las posesiones materiales son malas. Hay objetos que pertenecen a lo personal, dicen de nosotros, son nuestra infancia y evocan recuerdos de forma que partiendo de lo material recuperamos curiosamente una parte espiritual de nosotros, una parte inmaterial…

3 comentarios

Sergio -

Es posible, TONIficante, pero esto es como el primer amor, nos apegamos a él, nos parece el mejor y probablemente lo es desde una perspectiva emocional, son nuestras iniciaciones a las cosas, nuestras primeras experiencias, pero de nuevo creo que incluso en ese caso se visualiza una primera imagen de nuestro ego, de nuestro apEGO a las cosas, a las personas... ¿Has leído las enseñanzas de Buda? ¿A Osho? Saludos desde Madrid.

Tonificante -

Sergio: seguramente algo hay de esto, de apego a 'nuestras cosas', de iniciar a desear el juguete del niño popular de la clase, etc. Pero no te parece que más que el ego, lo que se crea es un vínculo muy especial entre los juguetes y el niño que le permite imaginar, crear... no te parece que mientras crecemos se va perdiendo el valor que le damos a las cosas precisamente porqué no nos sentimos tan identificados? Por eso el niño llora cuando su padre le dice "ya te compraremos otra" cuando se le pierde su pelota favorita. Hay algo mágico que une a ese niño con esa pelota única que tiene algo especial que ninguna pelotita del mundo podrá darle nunca. Al crecer nuestro mundo cambia por completo, hay una paradoja: mientras pensamos que nada es único y todo es reemplazable somos más materialistas que nunca pero también más insatisfechos, el niño sabe que nunca encontrará una pelota mejor pero el adulto sigue consumiendo sin satisfacerse nunca buscando la última novedad.

Sergio -

Sí, eso es verdad Tonificante, dicen cosas de nosotros, pero quizá es un primer estadio o reflejo de nuestros primeros pasos en la generación de deseos y en la creación del ego. En ese sentido, siguiendo las enseñanzas budistas, también son puro materialismo, porque sustituyen nuestro auténtico gran deseo, y crean apego...