Ritmo vital a dos velocidades.
Como comenté en un post anterior , tengo la sensación de tener en mi un motor vital a dos velocidades: una lenta y otra rápida.
La rápida me impulsa en esos días que me quiero comer el mundo, me siento a la altura de mis capacidades, planifico hasta el más mínimo detalle, me apunto en la agenda infinidad de ideas. En una palabra, siento una consciencia viva y mi actitud es de implicación, compromiso, participación, acción.
Otros días siento que transcurren a otra velocidad, evolucionan sin hechos o ideas destacables, son esos días en que uno tiene la sensación de perder un poco el tiempo, de tener la consciencia adormecida, de dejarse llevar. Me preguntan: qué vas a hacer hoy? Nada. Hay días que me siento desilusionado, que algunos proyectos no se han realizado, pienso que puedo dar más de si, que soy conformista. A veces me cuestiono si lo que hago vale la pena, si me llena, si me da o me quita energía pero pienso que no es tan fácil ser feliz.
Ésta dualidad me lleva de un lado para otro: a veces en pocos días planifico mis próximos 2, 5 o 10 años, otros veces puedo estar meses o incluso años sin plantearme a fondo las preguntas clave.
Preguntas cómo: ¿soy feliz? ¿tiene mi vida algún significado para mi? ¿qué me gustaría hacer durante 8h al día cada día de la semana por los próximos 40 años? ¿soy un soñador frustrado o más bien un pragmático equilibrado? Explico ésta última pregunta. Me refiero a seguir el camino del soñador frustrado: “me gustaría hacer lo que me gusta pero tengo dudas, lo ignoro, no me atrevo o es demasiado tarde” o del pragmático equilibrado: “no sigo exactamente mi camino pero al mismo tiempo no me olvido de quién soy”.
Pero creo que no se puede estar siempre despierto y consciente al 100%, ya nos gustaría siempre estudiar con la intensidad del último día o hablar a la velocidad de nuestros pensamientos más lúcidos, brillar como las estrellas fugaces. En muchas cosas de la vida hay una complementariedad y equilibrio entre Intenso-Breve y Poco intenso-Duradero. Por eso dicen que la felicidad es puntual, no es estable, no se puede poseer o almacenar.
Ésta dualidad de ritmos vitales la podemos identificar también en una infinidad de actitudes contrapuestas análogas: vivir con la consciencia despierta vs vivir sin pensar demasiado, conformismo vs inconformismo, seguir el camino marcado vs realizar mis sueños/objetivos, ser coherente con mis ideales vs no complicarme la vida, buscar activamente la felicidad vs satisfacer mis necesidades/deseos, etc.
En el fondo hay una pregunta: ¿buscamos la felicidad o la aplazamos para cuando tengamos la jubilación bajo el brazo? ¿Los primeros 30 años de vida es una carrera para alcanzar una posición social y laboral? ¿Realizamos nuestros objetivos o nos limitamos a cumplir con nuestros deberes? ¿buscar la felicidad, ser coherentes, pensar y seguir nuestro propio camino es un lujo al que estamos renunciando?
3 comentarios
zingara -
Hugo -
Perdona las molestias, pero las elecciones son así
Un saludo,
hugo
PD Si decides votarme, puedes hacerlo en http://www.20minutos.es/premios_20_blogs/busqueda/III+republica/
PD (2) Sé que esta campaña es molesta, por lo que he tratado de justificarme en estos posts: http://3-republica.blogspot.com/search/label/20minutos
zingara -
ofrce a todos la posibilidad de refleccionar sobre lo que estamos haciendo, lo que queremos hacer.es bueno tener preguntas, y también es bueno no ter respuestas inmediadas.