¿Ficción o realidad?
[Imagen Sandy Hemingway]
Sólo tenemos una vida pero deseamos, imaginamos y soñamos con vivir muchas más. Por ese motivo tenemos avidez de historias ya sea a través de películas que de novelas. Casi como un ritual, nos ponemos en la piel de los más variados personajes dejándonos llevar por sus emociones sorprendiéndonos de lo que la imaginación o nuestra empatía nos puede llegar a meter dentro de una historia.
La ficción no sólo es una huida de la realidad. De cada novela, de cada personaje se puede extraer una pequeña lección de vida ya sea en un taxi de Nueva York, una calle de Bogotá, un pub de Dublin, o un tren de la India. Cada experiencia literaria o cinematográfica puede tener su incidencia en la vida real llevándonos a comprender mejor algunos colectivos, algunas problemáticas, poniendo rostro y apellidos a los titulares de los periódicos tan reales pero a veces abstractos.
Dicen que la humanidad siempre ha buscado respuestas a través de cuatro fuentes: religión, filosofía, ciencia y arte. De las cuatro el arte quizá es la más accesible. Como dice McKee en su ‘guión’ pocos leen a Kant o Hegel si no es para aprovar un examen. No todo el mundo es creyente ni sigue con interés los estudios de biología, astronomía, sociología o economía.
Necesitamos de los dramas, las comedias, las sátiras y las tragedias para avanzar como cultura, para comprender en qué hemos cambiado y en qué hemos salido perdiendo. Sin embargo, cuesta que lleguen buenos guiones a la gran pantalla y el hueco lo llenamos a base de espectaculares imágenes, sonido y bandas sonororas.
2 comentarios
tonificante -
Anna Ortín -