María (3)
[Por sugerencia implícita de Marta]
Cerca de donde charlaban María, Nieves y Júlia había un grupo de tres chicos: Jorge, Pablo y Tomás que nada tenían que ver, por ahora, con nuestras tres chicas de ficción. Jugando al estereotipo y al chismorreo vamos a ver con quién emparejaríais cada uno de ellos, quién queda libre y, en definitiva, cúal termina siendo su situación: soltería, vida en pareja, noviazgo, flechazo, primera aproximación, caso sin remedio... La historia la acabaremos entre todos, éste fin de semana saldremos de dudas. Os dejo con ésta historia, inventada, basada en lo que he ido viendo por ahí.
Pablo y Tomás se conocían del colegio. Sus caminos se separaron un poco en la universidad: Pablo estudiaba Empresariales y Tomás Industriales.
Por otro lado, Pablo conoció a Jorge en un casal de niños situado en un barrio marginal de la ciudad. Pablo colaboraba activamente con la entidad durante el curso, Jorge se añadió el último verano en unas colonias.
Durante las dos semanas que duraron las colonias Jorge y Pablo, que tenían que preparar las actividades juntos y durante el día se encargaban del mismo grupo de chavales, se fueron conociendo. Como todo acaba saliendo, también hablaron de chicas, experiencias y fantasías, como si fueran viejos amigos. Entre café y café en la sala de monitores, después de las comidas, fueron sacándole punta al tema.
Por un lamentable fallo memorístico (lo de fallo es un decir, lo hago adrede) sólo conoceréis las intervenciones de Pablo en la conversación que tuvo con Jorge.
“Ya que no quieres decírmelo, te diré cómo me estrené, apenas tenía 16 años. Fue con una profesional. Seimpre he aparentado más, no tuve ningún problema para entrar”.
“Me la pagaron los amigos del pueblo para mi cumpleaños”, dijo.
“Además yo me pagué otra y no veas cómo me lo pasé con las dos a la vez”, añadió.
“Mira, haz como yo, primero líate con las más fáciles... es duro, normalmente vas a comerte los mocos pero con la experiencia igual te ligas alguna, feas todas, sin duda, pero se empieza por abajo, como en todo”.
“No me ralles con rollos morales, no me vayas de padre. No eres mejor que yo. Se muy bien lo que hago y aunque esté mal, si me sale de los cojones què? A ti lo que te falta es un buen polvo y se te pasarían las tonterías.
“Perdona, no quería ofenderte. Eres un buen tío, por eso te suelto todo esto, tienes que venirte éste viernes cuando salgamos de aquí. En el fondo, los tíos como tu cambiáis el chip cuando mojáis. Será la timidez o la inocencia, el caso es que triumfáis con una facilidad... si vas de duro o de sobrado ya no ligas, por experiencia, vas a tener un éxito que te cagas.”
Varios meses después, Pablo presentó a Jorge su compañero de colegio, Tomás. Tomás era huérfano. Tenía un coco privilegiado para las matemáticas, para él todo era lógico y sencillo, dedicaba pocas horas a estudiar, sus colegas estaban medio asombrados y se les comía la envídia porqué apenas le veían hojear un rato algun libro en la biblioteca y en la residencia no abría ni la mochila. Sin embargo tenía un déficit emocional. Huía de las chicas cuando veía alguna posibilidad porqué del mismo modo que sus padres se fueron (su madre murió y su padre le abandonó) más razones había que su chica le dejara. No le ayudaba mucho oír de vez en cuando, en el bar de la facultad, como algún colega le soltaba que su novia le había dejado por otro o, sin motivo alguno, le había dicho que “nuestra relación ha terminado”.
Con el tiempo, Pablo acabó la carrera y se fué a Inglaterra a trabajar unos meses para hacer currículum y disfrutar de una nueva experiencia y eso. Esa circunstancia propició que Jorge y Tomás se conocieran más. (Aquí también omitiré la voz de Jorge, espero que se la pongáis a lo largo de estos días.)
“Oye Jorge, te acuerdas de mi relación con Laura? La he dejado. Fue cuando me dijo que se iba de Erasmus a Alemania.”
“No soy ningún cagado, no se, no me fío de ella. Seguro que prefiere un alemán rico, con una família a la que dirigirse. “
“No son bobadas. Sencillamente creo que me engañaría igualmente, ya sabes lo que cuentan de las chicas Erasmus por aquí. Es más, lo he visto con mis propios ojos. No has ido nunca a una fiesta Erasmus? Wa, las del este van bastante quemadas y no te digo las alemanas y holandesas, son como esponjas. En fin, tampoco quería mucho a Laura.”
“Oye tío, no me juzgues vale?! No he hablado de ésto con nadie pero no estoy arrepentido ni nada, sólo te lo cuento y punto. No quiero saber nada de chicas por ahora.”
Esa tarde volvían a estar juntos Pablo, Jorge y Tomás, charlando animadamente a pocos metros de Júlia, María y Nieves. Inevitáblemente, como ocurre en éste tipo de situaciones, alguno de los chicos cruzó alguna mirada aparentemente casual con las chicas que, aunque parezca que no, hacen exactamente lo mismo. Y qué ocurrió entonces?
Cerca de donde charlaban María, Nieves y Júlia había un grupo de tres chicos: Jorge, Pablo y Tomás que nada tenían que ver, por ahora, con nuestras tres chicas de ficción. Jugando al estereotipo y al chismorreo vamos a ver con quién emparejaríais cada uno de ellos, quién queda libre y, en definitiva, cúal termina siendo su situación: soltería, vida en pareja, noviazgo, flechazo, primera aproximación, caso sin remedio... La historia la acabaremos entre todos, éste fin de semana saldremos de dudas. Os dejo con ésta historia, inventada, basada en lo que he ido viendo por ahí.
Pablo y Tomás se conocían del colegio. Sus caminos se separaron un poco en la universidad: Pablo estudiaba Empresariales y Tomás Industriales.
Por otro lado, Pablo conoció a Jorge en un casal de niños situado en un barrio marginal de la ciudad. Pablo colaboraba activamente con la entidad durante el curso, Jorge se añadió el último verano en unas colonias.
Durante las dos semanas que duraron las colonias Jorge y Pablo, que tenían que preparar las actividades juntos y durante el día se encargaban del mismo grupo de chavales, se fueron conociendo. Como todo acaba saliendo, también hablaron de chicas, experiencias y fantasías, como si fueran viejos amigos. Entre café y café en la sala de monitores, después de las comidas, fueron sacándole punta al tema.
Por un lamentable fallo memorístico (lo de fallo es un decir, lo hago adrede) sólo conoceréis las intervenciones de Pablo en la conversación que tuvo con Jorge.
“Ya que no quieres decírmelo, te diré cómo me estrené, apenas tenía 16 años. Fue con una profesional. Seimpre he aparentado más, no tuve ningún problema para entrar”.
“Me la pagaron los amigos del pueblo para mi cumpleaños”, dijo.
“Además yo me pagué otra y no veas cómo me lo pasé con las dos a la vez”, añadió.
“Mira, haz como yo, primero líate con las más fáciles... es duro, normalmente vas a comerte los mocos pero con la experiencia igual te ligas alguna, feas todas, sin duda, pero se empieza por abajo, como en todo”.
“No me ralles con rollos morales, no me vayas de padre. No eres mejor que yo. Se muy bien lo que hago y aunque esté mal, si me sale de los cojones què? A ti lo que te falta es un buen polvo y se te pasarían las tonterías.
“Perdona, no quería ofenderte. Eres un buen tío, por eso te suelto todo esto, tienes que venirte éste viernes cuando salgamos de aquí. En el fondo, los tíos como tu cambiáis el chip cuando mojáis. Será la timidez o la inocencia, el caso es que triumfáis con una facilidad... si vas de duro o de sobrado ya no ligas, por experiencia, vas a tener un éxito que te cagas.”
Varios meses después, Pablo presentó a Jorge su compañero de colegio, Tomás. Tomás era huérfano. Tenía un coco privilegiado para las matemáticas, para él todo era lógico y sencillo, dedicaba pocas horas a estudiar, sus colegas estaban medio asombrados y se les comía la envídia porqué apenas le veían hojear un rato algun libro en la biblioteca y en la residencia no abría ni la mochila. Sin embargo tenía un déficit emocional. Huía de las chicas cuando veía alguna posibilidad porqué del mismo modo que sus padres se fueron (su madre murió y su padre le abandonó) más razones había que su chica le dejara. No le ayudaba mucho oír de vez en cuando, en el bar de la facultad, como algún colega le soltaba que su novia le había dejado por otro o, sin motivo alguno, le había dicho que “nuestra relación ha terminado”.
Con el tiempo, Pablo acabó la carrera y se fué a Inglaterra a trabajar unos meses para hacer currículum y disfrutar de una nueva experiencia y eso. Esa circunstancia propició que Jorge y Tomás se conocieran más. (Aquí también omitiré la voz de Jorge, espero que se la pongáis a lo largo de estos días.)
“Oye Jorge, te acuerdas de mi relación con Laura? La he dejado. Fue cuando me dijo que se iba de Erasmus a Alemania.”
“No soy ningún cagado, no se, no me fío de ella. Seguro que prefiere un alemán rico, con una família a la que dirigirse. “
“No son bobadas. Sencillamente creo que me engañaría igualmente, ya sabes lo que cuentan de las chicas Erasmus por aquí. Es más, lo he visto con mis propios ojos. No has ido nunca a una fiesta Erasmus? Wa, las del este van bastante quemadas y no te digo las alemanas y holandesas, son como esponjas. En fin, tampoco quería mucho a Laura.”
“Oye tío, no me juzgues vale?! No he hablado de ésto con nadie pero no estoy arrepentido ni nada, sólo te lo cuento y punto. No quiero saber nada de chicas por ahora.”
Esa tarde volvían a estar juntos Pablo, Jorge y Tomás, charlando animadamente a pocos metros de Júlia, María y Nieves. Inevitáblemente, como ocurre en éste tipo de situaciones, alguno de los chicos cruzó alguna mirada aparentemente casual con las chicas que, aunque parezca que no, hacen exactamente lo mismo. Y qué ocurrió entonces?
8 comentarios
María -
¿Y qué ocurrió entonces? Ocurrió lo que era inevitable... estaba todo casi preparado: no se cruzaron esas miradas por azar, qué va!! Se tenían que cruzar... (me gusta creer eso)
¿Acabarás la historia? Sí, sí, sí!!!
Francho Marx -
Creo tu blog esta muy bien de la forma que está, es mejor esta pequeña 'intimidad'. Lo de que tu invento no funciona me refiero al hecho de seguir las historias y eso.
Nos vemos nanu, a seguir así.
Tonificante -
Quien quiera y pueda entrar en el juego que lo haga... Y si te decepciona la respuesta porqué no empiezas tu? Por cierto, lo de ser un blog de discusión siempre ha sido mi intención, de hecho mi idea no era la de hacer un blog sinó que andaba buscando un buen foro. No me gustó ninguno y al final me encontré con un blog, me encantó y hasta aquí...
Francho Marx -
Nos vemos epscero.
Mariposa -
Besos voladores ;-)
AZUL de Blancos -
Oye, me has recordado mi época de monitora de campamentos ¡qué bien lo pasé!
Marta -
La Mariposa -
Esperamos, pues.
Besos voladores ;-)