Amigos
En los días del Facebook el concepto de amistad se ha ampliado muchísimo.
Una amiga me decía que se podían englobar las relaciones en estas categorías: desconocidos, conocidos, compañeros de trabajo o estudio, amigos en general, amigos íntimos, familia y pareja.
Ahora, quizá movidos por el influjo de Facebook, bajo la etiqueta de amigos tenemos desde desconocidos (quizá amigos de amigos), a conocidos (gente de quién sabemos vagamente su nombre y la situamos en un entorno determinado), pasando por compañeros de trabajo hasta los amigos con los que nos vemos más a menudo.
Se ha perdido la connotación más íntima de la amistad. Como tantas palabras, de tanto abusar del amigos hemos devaluamos un poco el término.
Pero voy a romper una lanza a favor de Facebook. Soy de los que he agregado a un montón de gente con la que no me veo nunca pero que en su momento conocí y no me importaría volver a ver y mantener el contacto.
Este verano, por ejemplo, haciendo turismo he recuperado el contacto con una chica que hacía años que no veía y que conocí sólo durante una semana. Nunca se sabe dónde vas a acabar viviendo o dónde vas a hacer turismo y en este sentido es confortable tener una buena red de contactos.
Sin embargo, no hay que olvidar que es preferible tener amigos de carne y hueso y que esos son los más importantes y los que hay que cuidar más.
Es ese el grupo que más cuesta mantener y no digamos hacer crecer.
Es una lástima pero con el tiempo la tendencia es ir perdiendo el contacto diario y personal con los amigos y cada vez quedan menos amigos de los de ir viendo de vez en cuando.
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