Aetalag (II)
Dicen que los salmones son capaces de nadar contracorriente, río arriba, para ir a morir en el sitio exacto donde nacieron. No todos lo consiguen. A veces eso significa salvar cascadas de más de dos metros y lo logran sin escatimar esfuerzos.
Cada dia remontaba el río con mi embarcación para llegar a la hora exacta y ser el primero en leer el texto de la chica. Solía transcribirlo por la noche, guardarlo en un bagul y, al dia siguiente dejar que la botella siguiera su destino para que otros destinatarios tuvieran la misma suerte. Aetalag me llenaba noches y días de sueños magníficos y así fueron pasando días, semanas y meses sin que ningún día dejara de acercarme al río de piedra para contemplar la mirada perdida de Aetalag y el inefable momento en que la botella impactaba con el agua del río.
Esa mirada perdida le decía tantas cosas… estaría tan sola… Quizá no tenía a nadie y esa era una manera de entretener las horas muertas en su casa atrapada por el inmutable silencio. No sentía compasión sinó respeto. Las historias de la chica le hacían fantasear, había un mundo paralelo donde todo era posible y no había reglas, convenciones sociales, bien ni mal. Las lecturas le sumían en tal estado de placer que un enorme deseo de agradecimiento le poseía y… enseguida se daba cuenta que no… que una cosa era la fantasía y otra la realidad. Los textos no le pertenecían a él y la autora no reclamaba respuesta ni intercambio alguno. Debía respetar su libertad. Sin embargo su corazón era de la misma pasta del instinto de los salmones y venció todas sus resistencias para avanzar río arriba hasta el puente.
Quería conocerla. . Sabía muchas cosas de ella que ahora no le servirían de nada. Como el puente no era el rincón donde soñaba cada noche tampoco sus fantasías se harían paso en forma de frases y diálogos con ella. Se sentía bloqueado, impedido y cojo al no poder usar la fuerza y habilidad de su imaginación para interaccionar con ella y tener que salir del paso con torpes palabras que no serían oídas por venir de un desconocido. Valdría la pena el riesgo? Quizá después de su encuentro ya no enviaría más mensajes o cambiaría de río o de puente.
1a Propuesta: Etna Cifi Not sigue en el punto más alto del puente y se reune, a la hora de siempre, con Aetalag.
2a Propuesta: Etna Cifi Not deja una botella en el puente con el mensaje “no soy de los que dejan escapar a personas especiales como tu… así es la vida: te cruzas con sólo unas pocas personas interesantes a lo largo de este corto camino. Quieres ser mi amiga? Volveré”. Se esconde y se asegura que Aetalag lo recoja y lo lea.
Cada dia remontaba el río con mi embarcación para llegar a la hora exacta y ser el primero en leer el texto de la chica. Solía transcribirlo por la noche, guardarlo en un bagul y, al dia siguiente dejar que la botella siguiera su destino para que otros destinatarios tuvieran la misma suerte. Aetalag me llenaba noches y días de sueños magníficos y así fueron pasando días, semanas y meses sin que ningún día dejara de acercarme al río de piedra para contemplar la mirada perdida de Aetalag y el inefable momento en que la botella impactaba con el agua del río.
Esa mirada perdida le decía tantas cosas… estaría tan sola… Quizá no tenía a nadie y esa era una manera de entretener las horas muertas en su casa atrapada por el inmutable silencio. No sentía compasión sinó respeto. Las historias de la chica le hacían fantasear, había un mundo paralelo donde todo era posible y no había reglas, convenciones sociales, bien ni mal. Las lecturas le sumían en tal estado de placer que un enorme deseo de agradecimiento le poseía y… enseguida se daba cuenta que no… que una cosa era la fantasía y otra la realidad. Los textos no le pertenecían a él y la autora no reclamaba respuesta ni intercambio alguno. Debía respetar su libertad. Sin embargo su corazón era de la misma pasta del instinto de los salmones y venció todas sus resistencias para avanzar río arriba hasta el puente.
Quería conocerla. . Sabía muchas cosas de ella que ahora no le servirían de nada. Como el puente no era el rincón donde soñaba cada noche tampoco sus fantasías se harían paso en forma de frases y diálogos con ella. Se sentía bloqueado, impedido y cojo al no poder usar la fuerza y habilidad de su imaginación para interaccionar con ella y tener que salir del paso con torpes palabras que no serían oídas por venir de un desconocido. Valdría la pena el riesgo? Quizá después de su encuentro ya no enviaría más mensajes o cambiaría de río o de puente.
1a Propuesta: Etna Cifi Not sigue en el punto más alto del puente y se reune, a la hora de siempre, con Aetalag.
2a Propuesta: Etna Cifi Not deja una botella en el puente con el mensaje “no soy de los que dejan escapar a personas especiales como tu… así es la vida: te cruzas con sólo unas pocas personas interesantes a lo largo de este corto camino. Quieres ser mi amiga? Volveré”. Se esconde y se asegura que Aetalag lo recoja y lo lea.
2 comentarios
Tonificante -
En el 3r capítulo se van conociendo más y van en camino de no confundir realidad y fantasía, camino de ser amigos de verdad, reales. Aunque en la mirada de Aetalag hay algo que a Etna Cifi Ton se le antoja fantasioso, desprende algo misterioso, encierra un misterio, una pérdida...
Marta -
Aunque del mismo modo, puede que al "forzar" un encuentro, ella desaparezca, o simplemente, Etna Cifi Not vea que no hay tal magia en la mirada de Aetalag, o que la mezcla de fantasía y de realidad es más fantasía que otra cosa. Aunque... Supongo, mi querido Toni, que todo esto lo desvelarás en próximos capítulos, no es así?