Dos culturas, dos cerimonias.
No es nuevo que os hable sobre elementos opuestos o contradicciones para destacar algunos aspectos o ideas.
Hoy contrapongo dos celebraciones religiosas que he tenido ocasión de presenciar.
El caso es que domingo pasado llegaron a mis oidos voces muy alegres, cantos y músicas exóticos para mi pero muy agradables, cálidos y tan potentes que me arrastraban hacia ellos empujándome a bailar. Siguiendo las voces fui acercándome a una sala donde se celebraba algún concierto, fiesta o algo por el estilo. En las inmediaciones de la sala había un grupo de gente negra de piel vestidos para la ocasión. Las mujeres llevaban esos vestidos africanos tan festivos y elegantes a la vez. Los hombres, al estar en Italia todos nosotros, no eran menos y lucían unos trajes impecables.
Al poco tiempo me fijé en las letras y también en las actitudes de los asistentes. Las letras eran religiosas, pedían/daban las gracias a Dios y contenían palabras de agradecimiento o esperanza. Era un gospel africano en toda regla. Una celebración muy animada donde el público aplaudia y los niños corrían sin miedo a molestar puesto que era imposible competir con el estruendo que hacían las bateria, guitarras, tambores y voz…
Al cabo de un rato fui a la misa de los franciscanos que estaba a poco más de 30 metros de donde estaban los africanos. Europa y Africa. Qué diversidad de gente, de cultura, de actitudes. Una misa católica es la otra cara de la moneda de una fiesta. El tono monótono, las palabras musitadas que repiten una y otra vez una oración aprendida sin ningún entusiasmo…
De todas formas las dos celebraciones tienen contenidos o fondos similares. Pero la cultura determina la expresión mística de los pueblos y son reflejo de la forma de ser de las gentes. Ejemplo de esto es ver algunos africanos llegados a las costas europeas por mar y mientras son atendidos (o detenidos), siguen cantando, sonriendo o bailando.
Ante las dificultades o los misterios místicos se puede poner cara seria o risueña, no significa que unos se lo tomen más en serio que otros. En nuestra cultura identificamos alegría con irresponsabilidad y seriedad con eficacia. Tal vez deberíamos reconsiderar nuestra filosofía para ser más optimistas y sonreírle más a la vida.
1 comentario
Ambrosía -
Estoy totalmente de acuerdo en que nuestra cultura debería practicar más la sonrisa, y aprender a ver el lado positivo de las cosas.
Seguiré entrando por aquí si me lo permites...
Un beso...