Recurso fácil: la familia
Se dice que la familia es la base de la sociedad, que siempre está allí para los momentos malos. Este es el problema: desde pequeños aprendemos a abusar de la confianza de los padres para pedir constantemente atención, caprichos, cosas, tiempo,…
En el día a día la familia tiene que soportar nuestro carácter, tratos despectivos, rarezas, periodos de silencio y opacidad (como durante la adolescencia). Muchas veces la naturalidad sólo sale por el lado negativo y el buen carácter, los detalles, las palabras amables o chistosas las reservamos a otros (amigos, colegas del trabajo,…)
Deberíamos apostar por la familia y no sólo recurrir a ella cuando nos van mal las cosas y no nos queda nadie. Supongo que mientras maduramos vamos poco a poco reservando un espacio mayor a la familia hasta darle el que merece.
Deberíamos dejar de utilizarla, dejar de estar en casa sin colaborar, sin convivir, sin saber estar. No está bien dar por sentado que nos aceptarán hagamos lo que hagamos y seamos como seamos.
Porqué algún día llegará el momento de las pérdidas y los lamentos y será demasiado tarde. Llegarán las palabras huecas para sacar a relucir sentimientos auténticos pero guardados demasiado tiempo.
Siempre pienso que deberíamos ser más nosotros mismos. Para vivir de verdad nos falta dar un plus más y qué mejor espacio que el familiar. Existen hoy en día muchos tabú, cosas íntimas de las que no hablamos. Nos cuesta mostrar sentimientos, decir cuánto amamos a los que tenemos cerca o cómo nos gusta estar rodeados de ellos. Hagámoslo y hagámoslo saber a los interesados.
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