Sabes qué es el Raval? (y III )
La policía son los terceros en discordia, a veces intervienen en los alborotos que afectan a zonas importantes: el Palacio Güell, el Liceo y las grandes vías. Estoy seguro de que cualquiera de estos hombres armados con porras si hubieran nacido aquí, ahora estarían como mi hermano, en una celda. Somos de la calle, nosotros… Como Ella… Yo soy la calle… Nadie nos paga universidades o colonias ni tan solo el polideportivo. He visto borrachos que beben para a olvidar… para a olvidarse de si mismos… La gente que se droga no son malos… el trabajo, la gente… algo les ha ido mal, alguien les ha fallado y en definitiva ha hecho que odiasen el mundo y que, al no ser escuchados, acaben por destruirse a si mismos… pero no… no son malos. A mi hermano alguien le dijo que era inútil y un imbécil… que había una vida fácil donde se dormía blando, comía bien y sin trabajar. He aprendido que no todas las manos que te tienden son amigas y sobretodo me he dado cuenta que hay gente con suerte y gente… sin. Los armados, los turistas, los glamurosos clientes del Liceo y TU… Todos vosotros habéis tenido alguien que os ha dado consejos, una palabra de ánimo, un gesto afectuoso…; una escuela donde cimentar un futuro, donde fraguar la autoestima y aprender a valorarse; alguien que os esperaba al acabar el día y os preguntaba por vuestras cosas, os escuchaba, os quería, que sufría por vosotros, por TI…
A veces te encuentras con amigos que no te piden nada y parece que te lo den todo a cambio… es esta gente la que ha hecho daño a mi hermano… pero tienen ellos la culpa, entonces? Ellos son como mi hermano pero están curtidos por la vida y ya no se dejan atrapar ingenuamente como mi hermano… ya no son niños. Pero la sociedad no espera a qué maduremos, las leyes te pueden meter en la prisión a los dieciocho. Yo he tenido que aprender la lección. He tenido que crecer. He tenido que dejar de ser un niño, dejar de imaginar y soñar, de confiar…
Ahora os tengo que dejar… estoy en lavabo, recordáis? Sólo aquí podía pensar en todo esto.
No me juzguéis por lo que pienso sino por lo que soy.
A veces te encuentras con amigos que no te piden nada y parece que te lo den todo a cambio… es esta gente la que ha hecho daño a mi hermano… pero tienen ellos la culpa, entonces? Ellos son como mi hermano pero están curtidos por la vida y ya no se dejan atrapar ingenuamente como mi hermano… ya no son niños. Pero la sociedad no espera a qué maduremos, las leyes te pueden meter en la prisión a los dieciocho. Yo he tenido que aprender la lección. He tenido que crecer. He tenido que dejar de ser un niño, dejar de imaginar y soñar, de confiar…
Ahora os tengo que dejar… estoy en lavabo, recordáis? Sólo aquí podía pensar en todo esto.
No me juzguéis por lo que pienso sino por lo que soy.
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