Taizé (II)
Es un templo sin bancos, sólo moqueta. Los viernes hay una cruz situada en horizontal con velas encima de ella.
Ves la cara representada en ella: con su dolor físico pero con su inmenso amor mantenido hasta el último momento. Te acercas a sus pies y te supera su capacidad para perdonar a sus verdugos, su compasión hacia todos nosotros hasta la sorprendente redemción del ladrón, que estaba crucificado a su lado, con sólo mantener una breve conversación.
Sientes un peso en tu corazón, ahí, en la iglesia de las telas naranjas. Nada te deja ya indiferente y con los cánticos al fondo te acercas de rodillas a la cruz. Escuchas los cantos, su letra corta y sencilla pero tan auténtica y profunda a la vez.
Junto a la cruz, posas tu frente en ella. Justo en ese momento notas el contacto con la madera gruesa de la cruz y con ello las voces se apagan hasta extinguirse para confundirse con un zumbido grave, el de la propia madera?
Ves la cara representada en ella: con su dolor físico pero con su inmenso amor mantenido hasta el último momento. Te acercas a sus pies y te supera su capacidad para perdonar a sus verdugos, su compasión hacia todos nosotros hasta la sorprendente redemción del ladrón, que estaba crucificado a su lado, con sólo mantener una breve conversación.
Sientes un peso en tu corazón, ahí, en la iglesia de las telas naranjas. Nada te deja ya indiferente y con los cánticos al fondo te acercas de rodillas a la cruz. Escuchas los cantos, su letra corta y sencilla pero tan auténtica y profunda a la vez.
Junto a la cruz, posas tu frente en ella. Justo en ese momento notas el contacto con la madera gruesa de la cruz y con ello las voces se apagan hasta extinguirse para confundirse con un zumbido grave, el de la propia madera?
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