¿Pablo con Julia? (13)
[Inspirado en "La carta esférica" de Arturo Pérez-Reverte]
Pablo soñaba. Soñó que se volvía loco y la seguía hasta el faro del fin del mundo entre vientos y naufragios y que ella pretendía algo más que utilizarlo a secas. La quería, sentía deseo de ella. Una llúvia constante caía inmutable mientras ella estaba cerca del faro. Destellos de relámpagos encendían el cielo y le mostraban con brutalidad a su amada. Los dos cuerpos empapados se encontraron, se cobijaron bajo la entrada del faro y su deseo se fundío en el contacto de su cuerpo firme con el de ella, tembloroso. Sentía el latir de su corazón a través de su pecho, la sostuvo con fuerza y entrepuso su boca entre sus labios temblorosos, de forma prolongada, hasta que dejó de estremecerse. Ahora fue ella quién lo puso sobre el suelo, sobre sus ropas mojadas, le aguantaba la cabeza con su mano y sus bocas se buscaron con ansia. La mirada perdida de ella, el deseo incandescente de él. Se levantó y salió hacia la playa, él veía su andar equilibrado y la seguía, mientras percibia las curbas que marcaba la ropa mojada: su recta línea que aparecía desde su cuello y que moría en su cintura. Se abrazaron y se dieron cuenta que estaban metidos en el mar que les impulsaba a empujones sobre la arena. Sus cuerpos se entrelazaron buscándose, violentos, golpeandose con carícias, besos desesperados, oleadas en la cara mientras el sueño se diluía en un agrio sabor a lágrimas, agua salada y saliva.
Pablo no vió jamás en Julia la chica de aquél sueño y Julia era demasiado realista y práctica como dar pie a esas ensoñaciones de Pablo. Él lo intentó, pero después del primer encuentro se dió cuenta que sus sueños no se correspondían con Julia, no se entendían. Veía en Julia una mujer muy fría y calculadora, poco dada a la pasión y a soñar juntos construyendo un mundo paralelo de fantasías en pareja. Julia era celosa de su intimidad, su independencia, sus pertenencias y no estaba dispuesta a compartir su vida con un chico que no le faltaba atrevimiento pero que no era fácil de manejar. Pablo era muy pasional e indomable para ella, demasiado. Quería alguien más docil, atemperado. Quizá Jorge?
El mar encalmó y salió el sol elevándose por encima del horizonte de un mar sereno ante la noble presencia del faro. Pablo siguió su vida y Julia la suya, sin engaños, errores ni rencores.
Pablo soñaba. Soñó que se volvía loco y la seguía hasta el faro del fin del mundo entre vientos y naufragios y que ella pretendía algo más que utilizarlo a secas. La quería, sentía deseo de ella. Una llúvia constante caía inmutable mientras ella estaba cerca del faro. Destellos de relámpagos encendían el cielo y le mostraban con brutalidad a su amada. Los dos cuerpos empapados se encontraron, se cobijaron bajo la entrada del faro y su deseo se fundío en el contacto de su cuerpo firme con el de ella, tembloroso. Sentía el latir de su corazón a través de su pecho, la sostuvo con fuerza y entrepuso su boca entre sus labios temblorosos, de forma prolongada, hasta que dejó de estremecerse. Ahora fue ella quién lo puso sobre el suelo, sobre sus ropas mojadas, le aguantaba la cabeza con su mano y sus bocas se buscaron con ansia. La mirada perdida de ella, el deseo incandescente de él. Se levantó y salió hacia la playa, él veía su andar equilibrado y la seguía, mientras percibia las curbas que marcaba la ropa mojada: su recta línea que aparecía desde su cuello y que moría en su cintura. Se abrazaron y se dieron cuenta que estaban metidos en el mar que les impulsaba a empujones sobre la arena. Sus cuerpos se entrelazaron buscándose, violentos, golpeandose con carícias, besos desesperados, oleadas en la cara mientras el sueño se diluía en un agrio sabor a lágrimas, agua salada y saliva.
Pablo no vió jamás en Julia la chica de aquél sueño y Julia era demasiado realista y práctica como dar pie a esas ensoñaciones de Pablo. Él lo intentó, pero después del primer encuentro se dió cuenta que sus sueños no se correspondían con Julia, no se entendían. Veía en Julia una mujer muy fría y calculadora, poco dada a la pasión y a soñar juntos construyendo un mundo paralelo de fantasías en pareja. Julia era celosa de su intimidad, su independencia, sus pertenencias y no estaba dispuesta a compartir su vida con un chico que no le faltaba atrevimiento pero que no era fácil de manejar. Pablo era muy pasional e indomable para ella, demasiado. Quería alguien más docil, atemperado. Quizá Jorge?
El mar encalmó y salió el sol elevándose por encima del horizonte de un mar sereno ante la noble presencia del faro. Pablo siguió su vida y Julia la suya, sin engaños, errores ni rencores.
5 comentarios
Bo Peep -
dido -
AZUL de Blancos -
Has hecho una descripción muy buen adl momento de pasión.
Un beso
Nimue y su kaos -
voy a termianr por leerme la carta esférica porque estoy enganchadita, eh?
un besito y perdona mi ausencia estos dias, pero es que los exámenes no me dejan tiempo para nada
Brisa -
Besitos literarios :)