Sin la 'e'
Una llamada nocturna. Una consigna clara: transportar a un individuo al Sanatorio.
Dio con la casa buscada combinando su intuición con las notas: c/Almada núm. 66.
Abandonó su automóvil. Una ráfaga huracanada soplaba con brío. Miraba hacia la casa. Un alto campanario proporcionaba vistas al individuo a sanar. Cobijado bajo un abrigo no pasaba frío.
La casa. Su configuración consistía: construcción horizontal y planta única. Contaba con: un claustro con patio y dos altos campanarios.
Tuvo paso fácil a la casa. Analizaba y tomaba nota. Llovía un chaparrón, brutal inicio sin aviso. Caminaba por un pasillo porticado, dibujando un camino circular sin ángulos bruscos. Buscaba una salida. Sólo había una posibilidad: la cocina.
Había ocurrido una matanza brutal. Había líquido rojo por todos lados y su olor turbaba. Sus zapatos patinaban, no podían aguantarlo, con dificultad salió al pasillo. Avanzo como pudo y al salir aún vio un armario con órganos humanos. Buscando otra salida distinta al patio, halló una gran sala. Mobiliario sobrio y antiguo. Hogar aún activo, la única luz. Había una alfombra oscura. A ambos lados un balancín y un sofá forrados, color morado y oscuro. Igual pasaba con todos los muros. Raros cuadros con caras moribundas. Plasmaban horror, la cara más próxima al dolor. Asustado y con pocos ánimos salió a dar otro vistazo al patio. Aún llovía, y aún más cantidad.
Prrff, fluushpff!! Pum, clock, shrttt,… Una magia oscura había clausurado todas las salidas. ¿Y ahora? Probó mil y una artimañas. Fracasó. Ora arriba, ora abajo, a un lado y a otro, no había salida. Atrapado. Oía la lluvia contra la pizarra. Cansado como nunca no podía sino dormir. Soñaba. Funcionaba sin parar su imaginación.
Plush! Shraaamp! Un individuo anciano y curvado poco a poco lo atraía hacia si. No podía huir. Corrió. Inútil. No sirvió. Cayó, sin ánimo. Sólo vio como la figura curvada iba a la cocina y salía con disposición a otro malvado trabajo. Sin opción.
Por fortuna ya no soñó nada más. Por fin. Al abrir los ojos, vivió otra cosa, sin duda, algo más natural y afortunado.
Dio con la casa buscada combinando su intuición con las notas: c/Almada núm. 66.
Abandonó su automóvil. Una ráfaga huracanada soplaba con brío. Miraba hacia la casa. Un alto campanario proporcionaba vistas al individuo a sanar. Cobijado bajo un abrigo no pasaba frío.
La casa. Su configuración consistía: construcción horizontal y planta única. Contaba con: un claustro con patio y dos altos campanarios.
Tuvo paso fácil a la casa. Analizaba y tomaba nota. Llovía un chaparrón, brutal inicio sin aviso. Caminaba por un pasillo porticado, dibujando un camino circular sin ángulos bruscos. Buscaba una salida. Sólo había una posibilidad: la cocina.
Había ocurrido una matanza brutal. Había líquido rojo por todos lados y su olor turbaba. Sus zapatos patinaban, no podían aguantarlo, con dificultad salió al pasillo. Avanzo como pudo y al salir aún vio un armario con órganos humanos. Buscando otra salida distinta al patio, halló una gran sala. Mobiliario sobrio y antiguo. Hogar aún activo, la única luz. Había una alfombra oscura. A ambos lados un balancín y un sofá forrados, color morado y oscuro. Igual pasaba con todos los muros. Raros cuadros con caras moribundas. Plasmaban horror, la cara más próxima al dolor. Asustado y con pocos ánimos salió a dar otro vistazo al patio. Aún llovía, y aún más cantidad.
Prrff, fluushpff!! Pum, clock, shrttt,… Una magia oscura había clausurado todas las salidas. ¿Y ahora? Probó mil y una artimañas. Fracasó. Ora arriba, ora abajo, a un lado y a otro, no había salida. Atrapado. Oía la lluvia contra la pizarra. Cansado como nunca no podía sino dormir. Soñaba. Funcionaba sin parar su imaginación.
Plush! Shraaamp! Un individuo anciano y curvado poco a poco lo atraía hacia si. No podía huir. Corrió. Inútil. No sirvió. Cayó, sin ánimo. Sólo vio como la figura curvada iba a la cocina y salía con disposición a otro malvado trabajo. Sin opción.
Por fortuna ya no soñó nada más. Por fin. Al abrir los ojos, vivió otra cosa, sin duda, algo más natural y afortunado.
4 comentarios
Tonificante -
Azul: Sí, es extraño y cuesta mucho sacar una historia así... pero me gusta porqué aprendes algo y tb a escribir de forma más directa.
Losange: Sí, leí lo que había conseguido Pérec, fue mi inspiración. Lo de escribir sólo con la e... eso lo veo más retorcido...
Losange -
Ahora lo tuyo:
Muy bien trabajo.
Consistente, fluido, hilvanado.
:-)
AZUL de Blancos -
oye ¿te ha resultado muy difícil evitar la "e"?, te ha quedado muy curioso
Marta -