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UNIENDO CASUALIDADES

Amélie(4)

Amélie(4) La vida de Amélie es sencilla. Trabaja de camarera en un café en Montmartre. Un buen día descubre una vieja cajita de lata escondida en un hueco en su casa. En su interior descubre, uno a uno, los objetos personales que guardó un niño muchos años atrás: una fotografía, la figurita de un ciclista, recuerdos escolares a través de unas canicas… Amélie experimenta uno de esos momentos de lucidez repentina y decide que va a encontrar al hombre que de niño había guardado todo aquello.
Uniendo casualidades, Amélie encuentra su razón de ser: ayudar a los demás, dar ese empujoncito a la vida del que tiene al lado, como en un juego. Amélie quiere dar ese golpe de suerte, ayudar a los demás a que demos con la casualidad que estamos esperando. Y la verdad es que lo consigue y lo sigue consiguiendo con los que sepan leer su mensaje.
Inventa todo tipo de estrategias para intervenir de forma sutil pero efectiva. Su vecino, ‘el hombre de cristal’, se da cuenta que Amélie se desvive para los demás pero mira poco por ella, se olvida de si misma. Ella le responde que prefiere darse a los demás que dedicar todo su afecto a un gnomo de jardín (como hace su padre).

Atenta a lo que sucede a su alrededor, un día escucha a su jefa decir “¿los flechazos? Con treinta años detrás de una barra hasta le podría dar la receta. Elija a dos clientes habituales, háganles creer que se gustan, cueza a juego lento, ¡y verá!”. El mismo día consigue poner en práctica la receta de su jefa Susanne.

Consigue dar con el propietario de la cajita de lata con recuerdos infantiles que al recobrarse del impacto acude al bar más cercano y le cuenta al barman que “uno pasa de ser niño a tener 50 años casi sin darse cuenta, de pequeño el tiempo pasa más despacio… Sin embargo, toda esa infancia cabe en una caja. Tengo una hija y hace años que no se nada de ella, antes de que me metan en esa otra caja ¡pienso encontrarla!”.

Y como estos, muchos ejemplos más, Amélie consigue cambiar a la gente consciente que su imaginación no es inútil y que en este mundo no solo manda la frivolidad, el poder y el dinero, se puede cambiar los corazones de la gente haciéndoles recobrar la autoestima perdida, dándoles un instante de lucidez para que vean claro lo esencial, lo importante, aquello que harían si sólo pudieran hacer una cosa en esta vida. Corre, hazla ahora, nos viene a decir… Y es que el amor es la fuerza más revolucionaria del mundo pese a que nos parezca a veces tan frágil, escurridizo y esquivo.

4 comentarios

isabel -

Amelie, es una lecciòn de altruismo.

Run lola run -

Con mucha fuerza de voluntad quiza sea posible recuperarla, pero nunca en su totalidad. Cuando alguien te hiere siempre queda un agujero imposible de llenar, es la parte mala de la inocencia

Tonificante -

Run Lola Run: Se habla mucho de la inocencia perdida.. pero se puede recuperar? Se pierde del Todo?

Run Lola Run -

Me voy a quedar aqui sentada: esperando la casualidad de mi vida ;)
Yo.. a estas alturas de la mia hecho de menos no haber podido mantener la inocencia de Amelie, con los años mas que ganar se pierde