Escuchar es distinto de oír
Dicen que hubo un herrero que le dijo a su aprendiz: cuando yo saque la pieza del fuego, la pondré sobre el yunque;
y cuando te haga un gesto con la cabeza, golpéala con todas tus fuerzas.
Ese día el pueblo se quedó sin herrero, el chico se quedó con la última frase: golpéala (la cabeza) y se olvidó de la primera parte (la pieza).
Relacionado con el último post y también en uno anterior , hago inciso en que deberíamos escucharnos más a nosotros y nuestro entorno y dejar como secundario la vida de los famosos (TV, prensa,…) a no ser que te sirvan de modelo para ti mismo.
Mucha gente se ha encontrado a si misma desde el silencio exterior para escuchar el ruido interior.
Cierta tribu africana tiene el dicho: “Gran silencio, mucho ruido”.
De hecho, cuando uno empieza a reflexionar y a escucharse no encuentra silencio ni tampoco una única voz reveladora sino multitud de voces contradictorias, diálogos, imágenes, personas que influyen en ti. Se trata de escoger de entre ellas aquella que habla directamente desde tu corazón a partir de la que vas a descubrir quién eres y qué quieres hacer AHORA y no cuando seas mayor.
Para ello hay que redescubrir quienes somos: apartar las imágenes falsas de nosotros mismos hasta llegar a nuestra esencia.
En el camino veremos las versiones de nosotros mismos que han ido construyendo otros, los deseos, los objetivos que han ido proyectando nuestros padres, profesores, amigos, modelos sociales.
Abrirnos, despojarnos de máscaras, desnudar el alma, aunque sea para nosotros mismos, nos hace sentir vulnerables, incómodos y puede que esta sensación nos tire para atrás.
Pero si nos enfrentamos a nosotros mismos con el objetivo de vivir a consciencia vamos a continuar para llegar hasta el final.
1 comentario
Sergio -
Ordo ab Chaos decían los antiguos- y además muy centrado en el mundo actual, y nuestra sociedad consumista, estresada y egocéntrica. También los libros de Osho y los de Mitch Albom -como Martes con mi viejo profesor- te encantarían.